sábado, 17 de marzo de 2012

La peonza.

Marcos tiró de la cuerda haciendo rodar la peonza, le gustaba sentir que podía bailar ante sus ojos. Lo hacía una y otra vez, muchas veces se preguntaba si ésta no se marearía pero sentía que si ella seguía girando sin parar como la primera vez sería porque estaba todo bien.
Era un chico astuto, todos los días escribía una lista de las cosas sobre las que reflexionaba y casi podría empapelar su habitación con todo lo que llevaba escrito. Desde que tenía uso de razón era consciente de la importancia de la constancia.

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