jueves, 30 de agosto de 2012

"Let The Sunshine In"

Miré al techo, suspiré y todo había terminado. No sé cuántas horas sin dormir y yo tan sucia. Me sentía tan desprotegida, tan pequeñita, tan desorientada. Necesitaba quitarme esa sensación, recobrar mi poder, mi seguridad.
Ahora solo quiero tener todo bajo control, no quiero controlar a nadie, quiero controlar lo que a mi persona respecta. A veces hay que tomar decisiones radicales. Antes costaba más, era todo más duro. Ahora la tecla de "delete" ya no huele a nuevo. Y en realidad no puedo controlarlo todo tampoco. Todo es circunstancial y cambiante. Soy consciente de ello, pero quiero intentarlo que las circunstancias no me sobrepasen. No volver a dejar que mi energía se desperdigue, ser yo, yo misma, de verdad. Mis proyectos, mis sueños, mis luchas, mi fuerza. Toca viajar por mi interior. Y no estoy huyendo, me arriesgo a conocerme, a mirar más allá del espejo.
Lo intento planificar todo pero nunca sale como lo planifico y no puedo esperar que las personas encajen con mis planes perfectos de vida, es frustrante. Siempre detesté las expectativas, he de abolirlas. Cuando eres tú quien hace las cosas, tienes que contar sólo con tu responsabilidad. Y se harán sólo si quieres, si no quieres encontrarás una excusa, pero no puedes depender de nadie. Es como esa frase típica del malo de película "si quieres que las cosas salgan hazlas tú mismo" pues eso mismo, tomar conciencia de la situación y de ti mismo y ponerte a ello.




Mi vida está en mi mano, mi camino a mis pies, mi destino en mis decisiones, mi futuro a un instante de mi presente y yo aquí dispuesta a ser feliz. 

jueves, 23 de agosto de 2012

Coge aire.

Cierras los ojos un instante, el tiempo se ralentiza. Vuelves a abrirlos y la bala ya alcanza el cielo. Tu cuerpo ya lo ha asumido, solo falta que tu cabeza deje de pensar en todo ese ruido externo y se centre en romper el viento. Empiezas a volar a ras de asfalto. Da igual el inicio, dan igual los alrededores, lo importante es la meta. Y todo va muy deprisa, tanto como te permites. Llevas haciendo amagos de éste momento mucho tiempo, pero hoy es el gran día. Hoy es real. El resto de la humanidad se convierte en nada. Eres tú, tú y tu camino. Veloz, veloz, casi alcanzas al futuro. Las dudas te gritan. Nada de lo que hagas lo aprobarán todos. Y sigues. Las partes de ti han dejado de estar por separado, eres uno y continuas. De pronto un muro. Una montaña. Una roca. Una sola palabra. Sigues. Casi te caes de la impotencia pero no paras. Te adelantan los acontecimientos pero tú simplemente aprietas un poco. Y se te cruzan pensamientos, pero los apartas con cada zancada. Y te invade el dolor, el miedo hasta donde puedes llegar. Pero no vas a parar. Porque lo sabes. Porque tienes que hacerlo. Porque eres fuerte y sólo tú lo sabes realmente. Y ahí, en ese momento, en ese kilómetro, estás mas lleno y acompañado que en cualquier otro de tu vida. Estás tú. Estás contigo. Eres enorme. Y sigues y se empieza a despejar todo a tu al rededor. Cada vez cuesta menos. Eres más grande y el camino más corto. Vas terminando. Pero no frenas. Aumentas la velocidad de tu poder. Sigues y llegas. Arrasas. Ya no hay un principio y ni mucho menos un final. Ya no hay nada. Ahora está todo. Todo dentro de ti.




"Altera el orden establecido y el mundo se volverá un caos"

sábado, 11 de agosto de 2012

"Cada día te quiero más y me doy más cuenta de ello"

Cena para dos, una película a la mitad, el cielo a nuestro alcance y miles de palabras hasta la mañana siguiente. Cambiamos los tacones, el carmín y las luces de discoteca por la magia y la verdadera buena compañía. Y pasan las noches y pasan los días y va creciendo la historia. El temor a la futura nostalgia de éstos momentos me invade. Estamos en el inicio y como se suele decir "nuestros hijos oirán estas historias".
Me desmaquillo el corazón a su lado. Ni miedos, ni consecuencias, ni rencores, ni deshojar ninguna verdad. El sentimiento es tan puro que no se puede alterar. Es algo que hay que vivir, no se puede explicar. Me pregunto cómo he vivido tanto tiempo sin conocer algo así, sin conocer alguien así. La similitud en nuestras almas es brutalmente impresionante. Y mañana habrá más. Mi verdadero amor se llama amistad.




Y que un manto de estrellas nos arrope. 

miércoles, 8 de agosto de 2012

Sus cosas.

Su pelo, su voz, sus carcajadas más o menos exageradas, ese gesto que vuelve majareta al más cuerdo, el monte plasmado encima de sus pulmones, ese precipicio mágico en su ombligo y su manera de abrazar. Su rostro mientras sueña, esa forma especial de sacar de las casillas a uno, cuando se marcha y desaparece todo. Esa manía que es imposible de comprender. Sus ojos. Su gusto desenfrenado por esa rareza. Su olor incomparable impregnado en la ropa. Su delicadeza. Su manera de hacer que el contexto desaparezca, que el resto deje de importar por completo. Su concepto del tiempo. Su cabreo. Su manera de hacer entrar en razón, su elección de palabras, su cercanía, su empatía. Sus cortes radicales. Su pequeña obsesión. Sus manos. Sus noches. Su melodía. Sus tonterías. Su manera de moverse. Su peculiar inteligencia. Su edad. Su manera de tomar las cosas. Su color de labios. La profundidad de su mirada. Su frágil corazón armado. Su humor. Su pasado. Su nostalgia. La felicidad en su rostro. Sus errores. Sus disculpas. Su lengua. Sus costumbres. Sus miedos. Su don. Su susurro. Su clave. Su despertar. Sus regalos. Sus secretos. Su concentración al leer algo que le interesa. Su canción favorita. Su manera de bailar. Su desmelene, su rectitud. Su educación. Sus momentos especiales. Su punzante claridad. Su debilidad. Su inocencia, su astucia. Su capacidad. Su presente. Su impredecible prometedor futuro. Su rebeldía. Su verdad. Su desesperante y a veces adorable manera de ser impredecible. Su libertad. Sus puntazos. Su escapismo. Su manera de conquistar. Las cosas que le importan demasiado. Su dulzura, su picardía. Sus increíbles labios. Su niñez. Su principio y su eternidad.