sábado, 26 de enero de 2013

Cuidado con los deseos.

Dicen que el don de la visión pocos lo tienen, pero una vez abierto el ojo no hay quien lo cierre. Hoy he aprendido que, a veces, cuando intentas atar todos los cabos de tu vida se te puede escapar uno y como la más fuerte de las cuerdas flojas te puede dar un latigazo que te deja en el sitio. Y no seré yo quien venga aquí a repartir lecciones, no seré yo. Pero he de decir que se me han quedado un par de palabras en la lengua hoy, atravesadas, como un pircing. Y, a altas horas de la madrugada siento la imperiosa necesidad de gritarle al mundo. Y ¿qué hago yo cuando necesito gritar? Escribo. Y vuelvo a escribir. Y me quedo seca de palabras. ¿Queréis saber realmente qué siento? Yo también. Bueno, yo lo que quiero es reconocerlo y dejar de vomitar gilipolleces y de reír tonterías que no hacen más que cubrir de pastel toda esta situación. Si.



El miedo destruye todo. 



domingo, 20 de enero de 2013

Nos va el drama, qué le vamos a hacer.

Damas y caballeros he de revelaros una tremendísima verdad que parece no entrar del todo en nuestras cabezas. Ahí va, preparaos.  Está todo bien. Evidentemente no hablo del país, ni de la situación económica o política en particular, no. Hablo de nuestra situación personal, de nosotros mismos, al menos la gente que me rodea. Os hablo a vosotros, gente de "mi calaña". Queridxs adolescentes dramáticxs, post-adolescentes que revivimos una y otra vez nuestra gilipollez, gente que se hace a si mismo de adulto y se siente tremendamente viejo ¡basta! Espabilemos todos y cuando digo todos me incluyo.
Tenemos un gusto desmedido por la tristeza, la decadencia, por el pesimismo, la tendencia a descender y yo digo basta. Nos pasamos la vida buscando problemas, excusas, discusiones. Nos pasamos la vida buscando razones para el único problema que tenemos y no podemos asumir: la ausencia de problemas.
Hace cuatro años una persona que para aquel entonces era muy importante para mi, cumplió la misma edad que voy a cumplir yo éste miércoles, los maravillosos años veinte y tuvimos una conversación intensa sobre ello. Ella decía que le habían contado que alguien aseguraba que a partir de los veinte años todo es decadencia, decía que los años se te pasan volando y ya eres "vieja", así que yo sin despeinarme y con mis tiernos dieciséis añitos le crucé la cara a sus argumentos y le di una lección que hoy día veinte de enero de dos mil trece me repito a mi misma y no pienso olvidar. Me dirigí a ella y le dije que si era joven, tenía salud, amigos, una familia que le apoyaba, estaba estudiando lo que quería, carecía de problemas económicos, era buena persona y tenía amor de la gente importante y encima para más inri no le faltaba belleza interior ni exterior, porqué demonios iba a deprimirse por cumplir ésta edad. Ella se quedó anonadada, no se explicaba que alguien como yo le dijera algo como eso, así que, lo reflexionó, me miró, soltó una carcajada y se le pasó su "gran crisis".
Ésto es solo un vano ejemplo sobre lo que intento deciros. Hay muchas otras preocupaciones, a mi manera de ver, estúpidas, como la gente que termina la carrera y se siente vacía sin pararse a pensar que tienen toda la vida por delante o las míticas parejas eternas que rompen y sienten que su vida ha terminado cuando les quedan millones de experiencias por vivir, la gente que pierde "amigos de verdad" sin pararse a pensar lo reales que en realidad (valga la redundancia) eran dichos amigos... vuelvo a decir ¡basta!
Amigxs revisémonos de vez en cuando porque todo está bien y cuando algo falle analicemos el problema a fondo porque igual el problema es que no nos conocemos mucho a nosotros mismos.



Las cosas cuestan ya de por si, no las pongamos más difíciles. 

miércoles, 16 de enero de 2013

ÚNETE.

Ondeo bandera blanca a esta guerra eterna. Se acabó, se acabó la lucha y todo. Estoy harta de pelear, cada dos por tres contra ti y contra mi. No es normal que llevemos tantísimo tiempo chocando las espadas y no es sano estar al filo del peligro tantas veces, terminaré enloqueciendo. Roza la crueldad la manera que tienes de mirarme a los ojos justo antes de dejar de escuchar mis súplicas y volver a atacarme. Me he cansado de desearte todo el odio por no poder desearte de otra manera. Ya no quiero más esa armadura de hierro protegiendo de tus bombas mi alma. Ya no quiero más nada. 
 Solo quiero paz, solo silencio, solo poder dormir. Solo poder dejar de esperar el próximo ataque. Solo quiero dejar de derramar litros y litros de sangre, lágrimas y tiempo. Así que...
Me rindo. Clávame del todo tu espada cuantas veces quieras más. Pero recuerda que aunque esto parezca un cuento hablo de realidad y un día se me agotará la sangre y esto morirá de todo



Si no puedes con el enemigo...

martes, 8 de enero de 2013

Sola con S.

Varios nombres, varias caras, una verdad. Tanta feminidad me sobrecarga emocionalmente. Se me está olvidando esa verdad de tanto maquillaje que le pongo. Me pregunto si la estabilidad me desestabiliza. Me pregunto si soy yo o es que acaso hay alguien más ahí. Las velas y ésta canción me ponen triste, pero yo ya venía triste de la calle, no nos vamos a engañar a estas alturas. Y hablando de alturas, vértigo, siento eso. Me da vértigo todo esto, todo esto que no es absolutamente nada. La nada es inmensa, tan inmensa que  sobrepasa. La expresión repetida es "soy feliz" y de verdad que me lo creo, hasta que me lo dejo de creer. Porque ya no consigo distinguir si es verdad que soy feliz y éste, por ejemplo, es un momento de bajón sin importancia o si vivo sin vivir y me creo feliz y voy de feliz y me reafirmo. Total, vivo entre mentiras ¿porqué no me las iba a creer yo al final? En este momento me creo las dos opciones por completo. Igual es que ninguna de las dos es verdad o las dos un poco. 
Veo las cosas muy lejos y yo siempre he sido del "aquí y ahora". Supongo que esa fue mi eterna libertad y ahora me veo presa de mis propios anhelos. No le veo solución y si no hay solución no hay problema ¿no?




Te juro que no puedo más 
Pero me da igual, solo me dura un segundo.