domingo, 20 de enero de 2013

Nos va el drama, qué le vamos a hacer.

Damas y caballeros he de revelaros una tremendísima verdad que parece no entrar del todo en nuestras cabezas. Ahí va, preparaos.  Está todo bien. Evidentemente no hablo del país, ni de la situación económica o política en particular, no. Hablo de nuestra situación personal, de nosotros mismos, al menos la gente que me rodea. Os hablo a vosotros, gente de "mi calaña". Queridxs adolescentes dramáticxs, post-adolescentes que revivimos una y otra vez nuestra gilipollez, gente que se hace a si mismo de adulto y se siente tremendamente viejo ¡basta! Espabilemos todos y cuando digo todos me incluyo.
Tenemos un gusto desmedido por la tristeza, la decadencia, por el pesimismo, la tendencia a descender y yo digo basta. Nos pasamos la vida buscando problemas, excusas, discusiones. Nos pasamos la vida buscando razones para el único problema que tenemos y no podemos asumir: la ausencia de problemas.
Hace cuatro años una persona que para aquel entonces era muy importante para mi, cumplió la misma edad que voy a cumplir yo éste miércoles, los maravillosos años veinte y tuvimos una conversación intensa sobre ello. Ella decía que le habían contado que alguien aseguraba que a partir de los veinte años todo es decadencia, decía que los años se te pasan volando y ya eres "vieja", así que yo sin despeinarme y con mis tiernos dieciséis añitos le crucé la cara a sus argumentos y le di una lección que hoy día veinte de enero de dos mil trece me repito a mi misma y no pienso olvidar. Me dirigí a ella y le dije que si era joven, tenía salud, amigos, una familia que le apoyaba, estaba estudiando lo que quería, carecía de problemas económicos, era buena persona y tenía amor de la gente importante y encima para más inri no le faltaba belleza interior ni exterior, porqué demonios iba a deprimirse por cumplir ésta edad. Ella se quedó anonadada, no se explicaba que alguien como yo le dijera algo como eso, así que, lo reflexionó, me miró, soltó una carcajada y se le pasó su "gran crisis".
Ésto es solo un vano ejemplo sobre lo que intento deciros. Hay muchas otras preocupaciones, a mi manera de ver, estúpidas, como la gente que termina la carrera y se siente vacía sin pararse a pensar que tienen toda la vida por delante o las míticas parejas eternas que rompen y sienten que su vida ha terminado cuando les quedan millones de experiencias por vivir, la gente que pierde "amigos de verdad" sin pararse a pensar lo reales que en realidad (valga la redundancia) eran dichos amigos... vuelvo a decir ¡basta!
Amigxs revisémonos de vez en cuando porque todo está bien y cuando algo falle analicemos el problema a fondo porque igual el problema es que no nos conocemos mucho a nosotros mismos.



Las cosas cuestan ya de por si, no las pongamos más difíciles. 

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