jueves, 31 de mayo de 2012

Pasado de rosca.

Tu piel. 
Esa que tatuaste a la mía.
Podría hacerle un poema a tu piel, o una canción. 
No te lo merecerías. 
No te mereces nada, nada de mi. 
Tus ojos.
Tus ojos hablan solos. 
Estoy convencida de que hay un libro en algún universo paralelo escrito por alguna yo con valor sobre esos ojos, no hay espacio para describirlos aquí. 
Tu boca.
Protagonista de mis sueños. 
Lo peor que me ha pasado en mucho tiempo. 
Laberinto de mi razón.
Tus manos.
Tus manos no tienen precio, ni perdón. 
Esas, esas que me dicen adiós, esas que me matan de pasión. 
Tu pelo.
Que se arropa de ese olor que devora mi nostalgia. 
Ese pelo, esa forma de tu cabeza esos dibujos que parecen un mar en calma, por donde se ahogaron mis dedos. 
Tu vientre.
El vientre que un día mojé de babas, perfecto y eterno.
Tu ombligo.
Mi casa. 
TU CUELLO, mis ganas. 
Tu mente, tu juego, tus palabras, tus mentiras, nuestros miedos... mi muerte. 


Tú.
Ya nunca nada. 

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