viernes, 13 de julio de 2012

Viernes y 13.

Siento que he estado bailando en un carnaval, vestida con una falda muy larga que se mecía al viento, una máscara veneciana y el pelo rizado, girando y girando. Todo eran luces a mi al rededor y colores imposibles de distinguir. Había muchas personas y ese escenario estaba, sin embargo, prácticamente vacío. Y yo no dejaba de girar. Bailando sola. Las luces a veces me cegaban y otras veces me iluminaban, pero todos los focos apuntaban siempre a mi cabeza. Mis tacones rozando el cielo y yo girando sin parar. Siento aun la eternidad de ese momento. Siento que he frenado en seco, me he caído de las nubes y ahora estoy mareada de tanto girar. No quiero vomitar todos mis sentimientos, pero parar solo hace que me revuelva por dentro. No sé si quedarme quieta, salir corriendo o volver a girar. Dicen que cuando alguien se pierde lo mejor es quedarse quieto hasta que lo encuentren a uno.



"Yo sé muy bien lo que debo hacer, pero casi siempre lo hago mal..."

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