lunes, 7 de julio de 2014

¡Qué vergüenza!

Vivimos en una actualidad en la que cualquier paso en falso queda registrado. En la sociedad de la información estamos todos conectados y la inmediatez se reinventa. Mi generación aunque naciera el siglo pasado bien pronto se ha adaptado a esto. Las redes sociales son nuestro propio gran hermano, todo el mundo habla, todo el mundo tiene opinión e imagen y según te proyectes, así te verán.
Hoy me he muerto de vergüenza cuando un compañero ha leido en alto unas lineas de un texto que yo misma había publicado. Increíble ¿verdad? resulta que empecé esto porque una maravillosa amiga mía me dijo que debería compartir mi talento con los demás y también me preguntó escandalosamente que cómo no lo había hecho antes. Sinceramente, ni lo había pensado, yo lo hacía porque me gustaba. Siempre he escrito en agendas, diarios, papeles, incluso en otras pieles, aunque esa es otra manera de escribir que no viene a cuento. El caso es que me gusta, lo necesito, soy artista y si no expreso exploto. En este rincón hay escritos para todas las edades y gustos, hay desde cartas de amor, hasta despedidas, pasando por declaraciones de intenciones y poesía. 
 En este blog estoy yo y te invito a ti, querido desconocido a leerme y escuchar mi mensaje. Y es posible que algunas personas puedan sacar de contexto mi letras, lo sé. Como periodista tengo muy claro lo que es la manipulación, la malinterpretación y la intención. Pero también sé, que quien me quiera, que quien aun no me conozca y quiera hacerlo, de verdad, no se va a quedar en la superficie y para mi eso es suficiente. 




Libertad y respeto es todo lo que prometo.

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