viernes, 18 de julio de 2014

Vive y deja vivir.

Estamos solos en el mundo. Esa es la gran realidad que nos negamos a asumir. Estamos solos y no tenemos nada más que el presente y aun teniendo esto, se nos escapa de las manos. No hay ningún problema, no existe nada. Todo lo que conocemos lo hemos inventado, cada relación de conceptos, ideas, con otras personas, todo es polvo. No lo queremos entender porque eso supondría la ruptura total de nuestras estructuras mentales. No existe ni el bien, ni el mal. Todo es cuestionable y reconstruible. ¿Y qué hacemos al respecto? Nos refugiamos en nuestras fortalezas de convicciones inexpugnables. Pero hay una cosa que tengo clara. Yo quiero construir mi vida y quiero buscar la felicidad, pura y sana. Cada persona que lea esto entenderá lo que sus circunstancias le lleven a entender según su experiencia vital. Yo defiendo el respeto por encima de todo y a las personas que me rodean se lo pienso exigir. Si esto no es posible, fluiré por otro camino hasta encontrar mi senda de perfección. 

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