Discutir a distancia tiene un ventaja y una desventaja. La ventaja es que la discusión se puede terminar de un momento a otro, la desventaja es que la comunicación se puede terminar de un momento a otro. Y se te quedan los sentimientos calvados en la garganta y no sabes si es mejor retomar la conversación o eso lo va a empeorar todo. Pero ¿por qué a miles de kilómetros seguimos con las disputas que teníamos a centímetros? ¿es que acaso no es suficiente la añoranza para inundarnos de tristeza que le tenemos que sumar sal a la herida? Basta, me niego.
No voy a llorar y decir que no merezco esto, porque
es probable que lo merezca pero no lo quiero
por eso me voy, qué lastima, pero adiós.
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