Llegados a este punto, en el que la inspiración es un negro intenso en la gama cromática de mis dones, me planteo si su ausencia es pro o contra. Es decir, suele ser su auge cuando peor me encuentro, por tanto, el hecho de no expresarme de no contarme a los demás ¿no podría ser síntoma de la absoluta tranquilidad y el bien estar?
Vaya, ni me había dado cuenta de lo que estaba haciendo y es eso precisamente lo que indica el fallo.
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