miércoles, 12 de septiembre de 2012

Confía en mi.

Prometo no prometerte nada. Y como excepción que confirma la regla prometo que eso si lo voy a cumplir. Te diré mis intenciones, porque quiero, porque no me lo has pedido pero no prometeré cumplirlo, simplemente lo haré pero tienes que confiar en mi. Te pienso sorprender, porque nunca cumpliré tus expectativas, las destruiré para que cada día de tu vida a mi lado sea una sorpresa. Me voy a memorizar cada uno de tus dientes, primero con los ojos de ver las sonrisas que pienso dibujarte y luego con la lengua. Me voy a meter dentro de tus sueños para cogerte de la mano cuando se hagan muy oscuros. Pienso enseñarte a bailar, es inevitable, acéptalo, no es una obligación, simplemente terminarás amando la sensación de flotar en el suelo. Cuando no haya nada que puedas sacar de tu grafito me colaré en tu habitación y llevaré la inspiración directamente a tu mano. Voy a estudiarte y por una vez en la vida sacaré matricula de honor, porque no pienso cometer errores contigo. Me desharé de todas las ataduras y despejaré mi mente para estar siempre que me necesites. Nunca en tu vida seré tuya y nunca en mi vida serás mio, pasaremos de ser tú y de ser yo a ser nosotros pero nunca seremos nuestros, porque creo que la libertad es lo más bonito que te puedo ofrecer, porque yo te acompañaré pero tu destino está en ti y allá donde vayas lo decidirás tú. Ojalá sea a mi lado. Me abriré a ti como una bella flor, ya que es así como me haces sentir. Todo lo que me ofrezcas será bienvenido y no desconfiaré de ti ni de tus palabras. Te llevaré a lo más alto de la más alta altura que haya en la existencia de la manera que menos te puedas esperar. Y se quedarán atrás las gamas de grises porque lo voy a llenar todo de colores para que siempre recuerdes que a tu al rededor hay vida y está ahí para ti, para que la disfrutes. Seré la mejor versión de mi misma e intentaré provocar que seas la mejor versión de ti mismo también. Venceré mis miedos de manera absoluta para que nada me pare y nunca haya que nos pueda separar. Nunca jugaré contigo pero si jugaremos los dos, seremos como niños y tendremos la ilusión latente día a día. Aprenderé a tu lado e intentaré transmitirte todo lo que yo ya sé. No te voy a pedir nada y si lo hago nunca será algo que te perjudique sino porque realmente lo necesite. Nunca cambiaré tu persona ni lo que eres pero si transformaré tu vida hacia la felicidad y la alegría, cada día. Y por último y no menos importante por ello, me quedaré, no quiero huir.



De momento esto es lo que espero de mi para ti, pero según vaya pasando el tiempo sé que te daré más y más.

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