domingo, 31 de marzo de 2013

Siempre Contigo.

Buenas noches, mundo cruel. Soy yo otra vez y por vez primera. Es la primera vez que paso por aquí para dejar mi huella. Porque no soy quien creeis que soy, ni quien creo que soy yo a veces. Pero eso es lo de menos. Aquí lo importante es que la dueña de este blog me ha dejado que termine marzo con una intervención mía y sólo mía. Y eso es un gran privilegio que hace que, al ponerme a escribir, se me olviden las cosas cuerdas de repente.
Pequeña, somos tan diferentes y a la vez eres una parte tan imprescindible de mí, que podría estar horas escribiendo sobre la cantidad de esfuerzos que hemos hecho por seguir queriéndonos y por aprender tanto la una de la otra. Y sé que puede sonar a lo de siempre, pero no me preocupa, sabes? Porque eso es buena señal. Eso significa que siempre hemos formado parte de nuestras vidas. Y lo cierto es que no cambiaría ni una sola lágrima, ni una carcajada, ni una rabieta, ni un abrazo. Están todos donde deberían estar.
Hemos hecho que las despedidas sean un "hasta luego" o un "esta noche te llamo". Hemos hecho que los amores platónicos sólo lo sean hasta que nos de la gana a nosotras. Y gracias a esta manera de vivir, hemos descubierto que la vida puede ser muy puta o maravillosa, dependiendo de cómo queramos que sea.
Es un privilegio escribir en tu lugar esta noche, al igual que ha sido un privilegio crecer contigo y llevarte en mi piel. Y aunque todo esto tú ya lo sepas, no está de más recordarlo de vez en cuando, por si acaso :)
Te llevo en la sangre y hasta el ocho tumbado.

XIII.

No hay comentarios:

Publicar un comentario