martes, 30 de abril de 2013

Se masca la tragedia y sabe a pollo.

Así es. Soy vegetariana y no, no como carne, ni pescado, ni palitos de cangrejo. Puede sonar gilipollesco pero hay que explicarlo todo. Palitos de cangrejo, pollo... lo que sea, a la gente le parece que no es lo que es, es decir, yo he llegado a un restaurante y he preguntado ¿tiene algo que no lleve carne? y la respuesta ha sido "si, pollo". SI, POLLO ¿tenéis idea de la guasa interna que yo tenía en ese momento? o sea, reirme por no llorar era lo que quedaba. La gente no piensa conscientemente lo que come, ni lo que hace, ni lo que hacemos o comemos los demás. Puede parecer que sí, que estamos muy concienciados, que hacemos las cosas porque realmente las pensamos, pero estamos automatizados. Vale, esto es exagerar, quizá si pensamos lo que hacemos, o al menos lo intentamos pero no siempre lo que comemos. Ser lo que soy no es más que una consecuencia de pararme a pensar por un momento lo que como. No quiero comer animales, no me gusta matar bichos (que también son animales) y si pudiese alimentarme de algo que no fuesen seres vivos como las plantas lo haría. Ser vegetariano no es una manera de comer, es una manera de vivir y es jodidamente difícil. Tan difícil como reconfortante.

CONTINUARÁ...

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